viernes, 21 de agosto de 2009

Britney Spears For President


(abc.es): No estaba muy claro si las autoridades norteamericanas mentían o decían la verdad al asegurar que ya se vislumbra el final de esta crisis... hasta el pasado 18 de agosto por la noche. Retengan esta fecha en mente como el inicio oficial de la recuperación de los Estados Unidos de América. Britney Spears ya vuelve a estar lo bastante buena como para exhibirse en el show de David Letterman en biquini. Allí lanzó diez promesas electorales o Diez Maneras de que el Mundo Sea Mejor con Britney de Presidenta.


Pero lo primero es lo primero: el biquini. Negro y sucinto, enmarcaba su anatomía como un consejo de guerra. ¿Ha superado definitivamente Spears sus problemas de peso y vuelve a ser la cantarina ninfa que fue? ¿Le sobran todavía algunas chichas? La blogosfera americana se lo preguntaba a lo largo del día de ayer. En general se imponían los veredictos favorables a la resurrección. Spears no luce en este momento un tipo anoréxico perfecto ni el cuerpo casi impúber con el que la conoció el público. Pero sí luce estupenda con la melena rubia resurgida de sus cenizas, cual Ave Fénix, para volver a encarnar el ideal de belleza americana. Farrah ha muerto pero Britney ha vuelto.


Dirimido el punto más esencial de la noche, todo el resto era secundario, empezando por la política. La antigua princesa del pop desgranó diez promesas electorales para hacer el mundo mejor si ella fuese la presidenta de Estados Unidos. Algunas promesas tenían más interés para los locales, como la de trasladar los cuarteles generales presidenciales a un casino de Las Vegas o nombrar vicepresidente al rapero Sean John Combs, más conocido en el mundillo como Diddy. Hay que decir que esto era una jugada políticamente hábil, al ser Diddy negro, como el presidente Obama al que, así sea en broma, hace la «competencia» la blanca y rubia Spears.
¿Al final va a resultar que la chica vale para esto? Otras promesas interesantes eran abrir un night-club en la Luna a finales de la década, invadir «sólo lugares divertidos, como Cabo», y sacar a Osama Bin Laden de su escondite «atrayéndole con el perfume irresistible de mi nueva fragancia, Circus Fantasy». Spears incluso se jactó de que ella sería la primera figura presidencial «en llevar sombra de ojos desde Nixon». ¿Un guiño al movimiento gay, nada contento con Obama?


Spears fue lanzando sus promesas de menor a mayor. Cuando llegó al tope de su lista, con su voz de Lolita más sensual y su carita más de ángel dijo que aquello en lo que el mundo más mejoraría teniéndola a ella en la Casa Blanca sería que «por fin los medios de comunicación me prestarían algo de atención».


Tendrá tan pocas posibilidades de llegar a presidenta como las que tenía Hillary Clinton. Pero capacidad de reírse y de superarse a sí misma y de echar en cara al cuarto poder sus miserias, sí tiene. Voten por ella.

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